Alternativa para la interrupción del embarazo.

Un argumento muy socorrido, o mas bien el único de los llamados "pro Choice", es decir, quienes deciden matar bebés es "mi cuerpo mi decisión" y, esencialmente ese argumento es correcto. Cada persona es libre y RESPONSABLE de lo que haga con su cuerpo. La inconsistencia de ese argumento es que, el cuerpo del bebé, no es parte del cuerpo de la madre que lo concibió.

Sin necesidad de entrar en consideraciones morales y consecuencias psicológicas para las mujeres que se deshacen de sus hijos, que son graves, pero están fuera de la materia de este artículo, considero que existe una alternativa viable, barata y eficaz para aquellos que son "pro Choice" y que el Estado puede proporcionar.

En primer lugar, debe de tratarse de personas mayores de edad y en pleno ejercicio de sus derechos.

En ese contexto, el estado podría garantizar que, toda persona que quiera acceder al sexo libre y sin restricciones ni consecuencias, se pueda acoger a un programa de salpingoclasia o vasectomía, según el caso.

De esta manera si se hace efectivo eso de que "mi cuerpo mi decisión" al tiempo que se protege la vida de los bebés ya que, no habiendo concepción, no nace una nueva vida.

Por supuesto que esas cirugías, serían gratuitas, y se tendría que llevar un control estadístico y nominal (CON BASE E EL CURP) para poder evaluar el impacto de esa política a largo plazo sobre la pirámide poblacional, porque sin duda la restricción reproductiva de la población podría llegar a impedir que se alcance la tasa poblacional de reposición de 2.1 nacimientos por mujer nubil.

Para la formación de nuevos matrimonios, sería necesario que los contrayentes manifestasen si se han o no sometidos tales intervenciones de esterilización, con la finalidad de no engañar al futuro contrayente sobre la posibilidad de procrear.

Por supuesto que, en caso de desear revertir la operación, eso sí sería a costa de cada persona.

No se trata de una situación perfecta, pero si se evitaría el sufrimiento de muchos bebés que son inmolados de maneras indescriptiblemente dolorosas y de paso se solucionan muchos otros problemas causados por la promiscuidad.