Enseñó el cobre el Presidente de México, López Obrador, cuando ante la ONU mencionó que el dictador Benito Mussolini lleva ese nombre gracias a otro Benito, Juárez, el de Oaxaca.
Es innecesario pero oportuno manifestar que la ansia dictatorial es la que mueve las palabras i acciones del actual titular de la Presidencia de México. Dice admirar al oaxaqueño, pero en realidad quiere transformarse en el italiano.
No sabemos si desearle la misma suerte de aquel, –que sí dan ganas– pero de ningún modo queremos que México pase por las penurias que Italia padeció gracias al infame de marras.
En solo dos años, López ha avergonzado a México mas que sus predecesores juntos a quien tanto critica.