Es necesario reducir el numero de legisladores

Buenas tardes estimados abogados de Mexico Legal.

El Poder Legislativo fue concebido como un cuerpo de personas intelectuales, encargadas de formar los cuerpos legales que rigen a la nación.

Los requisitos formales para pertenecer a ambas cámaras, se han ido modificando, es decir, flexibilizando, con lo cual la idoneidad de los legisladores ha venido en detrimento, pero adicionalmente, se ha perdido el sentido de la utilidad de la legislación Las leyes son para prevenir o soluciona problemas, no para provocarlos.

Consecuencia de lo anterior, las leyes deben ser pocas, claras breves, concisas y oportunas. Todo lo contrario de lo que actualmente pasa.

Y es que los propios legisladores, además de la nula capacidad de la mayor parte de ellos, están sometidos a la presión de la supuesta productividad, es decir, creen que los congresos son como fábricas y que --deben-- producir leyes y, si no lo hacen, no están produciendo y, claro, como su nula capacidad de discernimiento no les permite diferenciar entre una ley y una lata de jugo, pues simplemente se ponen a legislar en cantidad.

Están también aquellos que, mas ambiciosos, quieren dejar su nombre en los anales del congreso, y lo logran, impulsando bodrios legislativos llenos de huecos, incongruencias, ilegitimidades e ignorancia, mueve a risa que en este caso, la palabra anales sea muy adecuada a su homófona.

Y es que también los congresos han venido a convertirse como en la banca de los políticos, es el lugar en donde se prepara a los consentidos del régimen en turno, se retira a las vacas sagradas en decadencia, se conforma a los protestantes y se apacienta a todo tío de ruidosos mientras les llega su turno en alguna dependencia del ejecutivo. Leer la historia de la legislación, se asimila, con notorias excepciones, a un libro de zoología y, visitar el congreso, cualquiera de ellos, resulta parecido a ir a Chapultepec, pero mucho menos divertido.

A México le urgen dos medidas YA Reducir el número de legisladores drásticamente y, reducir los períodos de sesiones y, si mucho me apuran, una tercera Aumentar la edad necesaria para ser diputado y mas la de senador. Así, tal vez se recupere la congruencia y calidad de nuestros cuerpos legislativos.

Si Usted lector, es o ha sido legislador de esos pocos que merecen serlo, le consta que lo que digo es mas que razonable pues seguro estoy que habrá batallado en la tribuna con mas de un estólido e ignorante que por serlo, resulta también de los mas ruidosos.

Este artículo omite dar nombres, no porque no se conozcan, sino porque se refiere a un fenómeno que hay que erradicar La diarrea legislativa, y no pretende atacar ni difamar a persona alguna.