FOTOS CÍVICAS. UN SUCIO LAVADO DE CARA PARA LAS FOTOMULTAS.
El martes 19 de marzo, la flamante Jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum Pardo obsequia a los habitantes de esta Ciudad de México, nuevas modificaciones al ya antes cuestionado Reglamento de Tránsito del Distrito Federal. Estas que aparecen publicadas en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México número 53 bis, implican un endurecimiento general del reglamento, pero en particular un modelo sancionador distinto para las anteriores infracciones conocidas como fotomultas, que se describen en su artículo 64 y que la nueva administración denomina confusamente como infracciones captadas a través de sistemas tecnológicos de la Ciudad.
Estas rebautizadas infracciones implican amonestación, curso en línea, sensibilización presencial o dos horas de trabajos a favor de la comunidad y por supuesto, uno o cinco puntos menos en el esquema de penalización por puntos a la matrícula por cada infracción registrada y se contabilizan por cada ciclo de verificación vehicular y de la tabla volteada de cabeza que se muestra en dicho artículo 64, se entiende que por el primer punto tocara amonestación, por dos puntos igualmente una amonestación, por tres puntos curso en línea básico, por cuatro puntos curso en línea intermedio, por cinco puntos sensibilización presencial, por seis, siete, ocho y nueve, dos horas de trabajos a favor de la comunidad y por 10 puntos se acumularan las horas. Solo cumplidas las sanciones se restituirán los puntos y los infractores quedaran a disposición de la Consejería Jurídica y de Servicios Legales para su cumplimiento, para que inicie su procedimiento administrativo conforme a la Ley de Cultura Cívica de la Ciudad de México, y se añade además la notificación por medios electrónicos cuando sea procedente.
Lo relevante del cambio, no es el esquema algo confuso, sino la reiteración del vicio de origen que afecta y que no fue resuelto de ningún modo por el cambio cosmético o el lavado de cara infructuoso que se le hizo a las fotomultas. Este vicio reside esencialmente, en que los dispositivos electrónicos con los cuales se obtienen dichas infracciones captadas a través de sistemas tecnológicos de la Ciudad continúan operando sin norma técnica aplicable,violando el marco legal en materia de metrología y normalización, pues no se encuentran registrados en la Secretaria de Economía, ni cumplen con ninguna norma mexicana u norma oficial mexicana, además de que en su momento, dichos dispositivos fueron proporcionados por concesionarios particulares que de manera ilegal, fungieron irregularmente como autoridades al cobijo de la Administración de Mancera, y que aún lo hacen elaborando las infracciones, y obteniendo por ello una parte muy jugosa de los ingresos recaudados. Así que en términos reales la Administración de Sheinbaum, repite nuevamente los errores de su antecesor en perjuicio de los capitalinos, con un cambio legal cosmético mal aplicado al emitir la reforma del Reglamento con estos vicios sobrevivientes, a pesar de las nuevas intenciones de la Cuarta Transformación, por lo que estas infracciones serán nuevamente objeto de debate y escarnio público, y materia de incontables juicios de nulidad que de ninguna manera va a ganar la Administración Pública Local, que no podrá justificar su injustificable aplicación
