La mujer y el hombre son iguales ante la ley.

El artículo 4 constitucional decía originalmente

Artículo 4o.- El varón y la mujer son iguales ante la ley.

En el DOF del 6 de julio de 2019 cambió a

Artículo 4o.- La mujer y el hombre son iguales ante la ley.

Hagamos un análisis semántico de lo que constituye una oración, a la vez que un mandato jurídico.

Gramaticalmente, la oración está formada por sujeto y predicado el predicado se subdivide a su vez en verbo y complemente.

El Sujeto De quién se habla.

El verbo La acción del sujeto, que puede ser activa o pasiva.

El complemento El contexto del verbo.

En este caso tenemos que EL SUJETO es uno solo, constituido por la conjunción –varón y mujer que es equivalente a mujer y hombre–

En esas condiciones, al cambio constitucional de 2019, no tiene ningún efecto jurídico, solo ideológico y meta jurídico, es decir ideológico.

A continuación aparece el verbo –son– de infinitivo ser, expresad en la tercera persona del plural, es decir, abarca a ambos como un conjunto indivisible, lo que se diga del sujeto implica a ambos, en su conjunto.

Ergo La mujer y el hombre son iguales ante la ley significa exactamente eso, donde la. ley es clara, no requiere de interpretación.

A contrario sensu, la disposición constitucional no puede asumirse como la aseveración de que la mujer y el hombre son iguales ENTRE SI... porque no lo son.

Aún cuando la constitución declarase que el hombre y la mujer son iguales entre si, esa disposición debe tenerse por INEXISTENTE.

De conformidad con su naturaleza de acto humano, la emisión de una norma constitucional requiere, para existir de dos elementos SINE QUA NON Consentimiento y objeto que pueda ser materia de él.

La n naturaleza masculina o femenina de un sujeto, no está determinado por la constitución, la ley, un contrato o una declaración unilateral de voluntad, sino por la naturaleza.

Un hombre es hombre en todas y cada una de sus células que, aunque separadas del cuerpo, conservan en su estructura genética los cromosomas XY que determinan su naturaleza masculina. Lo mismo aplica para las mujeres.

Las operaciones quirúrgicas, tratamientos hormonales, maquillajes o mutilaciones de cualquier tipo no logran cambiar la naturaleza del sujeto y la ley humana no tiene la facultad de alterar ese hecho biológico irrevocable.